lunes, 24 de septiembre de 2012

La liberalización ferroviaria


La liberalización ferroviaria, camino de un revolutum: FOMENTO, Sindicatos y Operadores extranjeros los principales actores

Los trabajadores, clientes y ciudadanos, los grandes ausentes del proceso


En nuestro post editorial sobre la liberalización del sector ferroviario de viajeros y en el de María García no hace muchos días, fue de las primeras cosas que dijimos: que fuese un proceso ordenado y que obedeciese a una estrategia previa. Es decir, pensado, premeditado, planificado y ejecutado con orden y concierto. Pues, no. Como casi siempre los políticos chapoteando en el totum revolutum, liándolo todo. Veamos.

Primero, el ministerio sienta cátedra con un Decretazo (Real Decreto-ley 22/2012, de20 de julio) en el que fija esa cursilería que está de moda que se llama "la hoja de ruta" de la liberalización, que aclara más bien poco, es insuficiente y se queda corta en aspectos esenciales y sirve para bendecir el pistoletazo de salida también de los sindicatos, anunciando una batería de jornadas de paro y huelgas.

Al poco, a la vuelta de las vacaciones salta a la arena circense la CNC (Comisión Nacional de la Competencia) que se atribuye una vela en el entierro y se larga con un documento titulado
"Posición en relación con Real Decreto-ley22/2012, de 20 de julio, por el que se adoptan medidas en materia de infraestructurasy servicios ferroviarios". Se trata de esta comisión que también debería velar porque cada vez que baja el barril del crudo nos bajen también el precio de la gasolina, cosa que no ocurre; que la petroleras no se pongan de acuerdo para imponer los precios que más les convienen; que las telecos dejen de hacer lo que les da la gana; que en el sector financiero exista competencia y no un oligopolio que realiza malas prácticas y atropellos a los clientes. En todo esto, no entra. Veamos en que entra en la liberalización del ferrocarril.

Pues, entra en que le gusta que se liberalice el sector, (aunque se queja que lo haga por DL) y de que la Operadora se fraccione en 4 sociedades y que éstas deben ser contablemente independientes de la matriz, que debe desaparecer. Las nuevas sociedades deben pasar a ser controladas por la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales, o sea, el antiguo INI). Aplaude que se cierren infraestructuras no rentables socialmente, pero pide meter baza en ese proceso. Finalmente, recoge la supresión de la EPE FEVE y su subrogación en RENFE y/o las sociedades que se formen. Veremos cuando la liberalización esté en marcha que hace esta inútil comisión.

Como consecuencia de este ir y venir, de dimes y diretes, los grandes escualos europeos ya han olfateado sangre y se aprestan a ver si toman parte en el pastel. Es el caso de SNCF y DB que ya se han interesado en las condiciones e imaginamos, habrán entablado conversaciones con FOMENTO para que les desvele los intríngulis concesionales futuros. Tres cuartos de lo mismo, según dice el Presidente de RENFE, ocurre con la francesa ALSTOM y la canadiense BOMBARDIER para hacerse con INTEGRIA, la división de talleres de la Operadora.

A todo esto, RENFE ya ha ofrecido a los futuros operadores 26 trenes de AltaVelocidad que ahora mismo tiene muertos de risa, sin uso alguno, y de los que tiene que tragarse en su cuenta de pérdidas y ganancias las correspondientes y cuantiosas amortizaciones anuales. FTF ya lo denunció ensu momento y le salían bastantes más trenes (casi 70) de parque AVE excedente. La pregunta inmediata es: ¿por qué se compraron estos trenes, sin ser necesarios? ¿quién dio esa orden o lo autorizó? Pero, ahora estos trenes, cuyo coste no van a desembolsar los operadores privados, sino el leasing anual correspondiente, es un regalo de FOMENTO a los aspirantes y sobre todo a los extranjeros.

Finalmente, los Sindicatos, esos que se autodenominan de clase y otro, como es el caso en RENFE, que es gremial. Que por decreto y antes de reunirse, hablar, preguntar o negociar nada convocan paros o huelgas. Forma parte del paripé y parafernalia de cara a los trabajadores. Luego, llegan a acuerdos bajo cuerda, que ni unos, ni otros, desvelan a los trabajadores. De momento, según el diario “La Razón”, los sindicatos ya se han comprometido a no convocar más jornadas de paros, siempre que el ministerio se comprometa a dos cosas: no separar RENFE en sociedades –esencial para que no se disgregue su clientela- y que se posponga el proceso liberalizador más allá del 2013. En el caso de AENA el Ministerio piensa desprenderse de 1.500 a 2.000 trabajadores, del 10% al 15% de su plantilla de 13.000 empleados, más o menos los mayores de 55 años. Otro tanto cabe esperar en RENFE Operadora, que serán bajas, en ambos casos, de forma no traumática.

No están todos los que son, ni son todos los que están: Está FOMENTO, que carece de una guía clara de lo que quiere y tiene que hacer, pública y transparente, vacila, dice cosas contradictorias respecto de los empleos –los mantiene, no los mantiene-, dice garantizar que el operador de referencia será público y no dice cómo, etc. Están los potenciales competidores extranjeros que pudiera hacer que las Cercanías de Madrid estuviesen dirigidas desde París o Berlín. Están los sindicatos vigilantes de que no se les venga a bajo su tenderete.

Y, a todos, lo que menos les importan son unos señores que, precisamente, son los que NO están presentes en el proceso de liberalización y que son los destinatarios y partes imprescindibles del mismo: los trabajadores, para nada eficazmente representados por los sindicatos mayoritarios, a los que unos y otros les van a contar las milongas que más les convenga. Y, sobre todo, tampoco están, ni nadie va a contar con ellos, con los usuarios, los clientes y los ciudadanos. Los que en buena ley, deben obtener mejores servicios, más baratos y sin necesidad de tener que acudir a subvenciones, recursos que salen del bolsillo de todos para dárselos a unos pocos: los usuarios y las empresas operadoras beneficiarias.


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